Los ojos del Vaticano nuevamente están puestos en la Iglesia Católica de Chile y esta semana se dirigen -sobre todo- hacia Puerto Montt. Es que algo pasa en esta parte del sur, más allá de la solicitud de renuncia del arzobispo y el arribo de un administrador apostólico: hace meses el rebaño se encuentra disperso, molesto y hasta desencantado.
Las críticas a la administración de la arquidiócesis, las acusaciones contra sacerdotes y los reclamos de los fieles, han propiciado un “espacio de encuentro y escucha” como lo ha llamado del espiscopado chileno.
Y el encargado de llevar adelante este proceso de reflexión es el sacerdote mexicano Jorge Carlos Patrón Wong, enviado apostólico del Papa Francisco. Conocido dentro de la Iglesia como uno de los más cercanos colaboradores de Mario Bergoglio, es igualmente parte de la reorganización de la curia romana. También es el Secretario de Seminarios de la Congregación para el Clero, cargo que fue creado al asumir el nuevo pontífice y que entre otros, trata de velar por la propicia formación de seminaristas, sacerdotes y de sus formadores... acordes a los nuevos tiempos.
Desde este sábado 19 y hasta el jueves 24 de enero, este hombre debería escuchar a la congregación puertomonttina. Pero ¿qué tipo de iglesia católica encontrará el enviado episcopal?
Los ánimos parecen no estar muy tranquilos. Las denuncias del administrador apostólico Ricardo Morales ante la Fiscalía en contra de dos conocidos sacerdotes de las parroquias de Fátima y San Pablo generaron un clima de tensión entre los fieles. Se trató del ex-vicario general del arzobispado Tulio Soto Manquemilla y el ex-vicario ecónomo Darío Nicolás Serrano, respectivamente.
Aunque en público no se han movilizado más de 50 personas, fuentes ligadas a sus parroquias afirman que son más de 100 los fieles que continúan apoyando férreamente a sus líderes espirituales. Pero son los parroquianos de San Pablo quienes han alzado no sólo la voz, sino también han levantado carteles y consignas en contra de Morales solicitando su renuncia.
Sólo hay que recordar por ejemplo que en la perigrinación de la Asunción de la Virgen el pasado 8 de diciembre casi terminó en disturbios. A lo que se suma otras dos manifestaciones en la propia Catedral de Puerto Montt.
"Creo que Morales ha sido imprudente e inmaduro. Creo que no evaluó bien cómo hacer las cosas ante sus denuncias...fue muy poco ético. El padre Darío estaba sólo a unos años de jubilar y debió haberse retirado con honores. Sin embargo, vino esta persona (Morales) que ha deshonrado a nuestro padre (…) y ha atemorizado a otros sacerdotes", afirma Mario Jiménez, vocero de la comunidad católica de San Pablo.
Paola Vargas, de la misma parroquia agrega que "no estamos en contra de las denuncias, sino de la forma en que Morales ha llevado sus acciones, haciendo uso malicioso de los medios, los acusa públicamente y luego se desdice privadamente. Él lanzó todo a la prensa y para la opinion pública son culpables sin tener al menos un juicio”, explica.
El Administrador Persecutor
El 11 de junio del 2018 el Vaticano anunció que el Papa aceptó la renuncia - por edad - del arzobispo de Puerto Montt Cristián Caro Cordero. Y que el jefe provincial de la Orden Mercedaria en Chile, Ricardo Morales llegaría a hacerse cargo de la arquidiócesis más grande en la región de Los Lagos.
Morales había estado antes en Puerto Montt. Así lo informa Ciper en su edición del 14 de julio pasado. “Uno de los factores que pesó en el Vaticano para nominar a Morales en Puerto Montt, es su experiencia para desactivar grupos homosexuales que protegen a abusadores (...) De hecho, por encargo de Roma y antes de su nombramiento como administrador apostólico, Morales ya estaba investigando en Puerto Montt casos de abusos sexuales en los que el obispo Caro ha protegido a los acusados”. Agrega el artículo periodístico que “al menos desde hace unos tres años, lo ven recorriendo la provincia, tomando declaraciones a consagrados y laicos, haciendo el trabajo que el obispo Caro nunca realizó”.
También se destaca en el reportaje de Ciper la experiencia de Morales en la investigación y desarticulación de una red de homosexuales religiosos en el caso del sacerdote Mariano Labarca el 2016, ex superior del mismo actual adminstrador apostólico de Puerto Montt.
Por eso, llamó la atención en los fieles -que lo cuestionan- la autodenuncia que realizó Morales ante la Fiscalía Regional de Rancagua donde estaría siendo investigado por el presunto delito de encubrimiento de abusos sexuales cometidos por el sacerdote Anselmo Espinoza de la comunidad mercedaria.
“Por muy anónimo que sea, en el fondo calumnian a mi persona, porque eso es falso. No he encubierto a nadie”, insistió en una declaración con la prensa el religioso Ricardo Morales. Añadió que no declaró únicamente por la “autodenuncia”, pues también entregó antecedentes sobre casos de abusos ocurridos en la arquidiócesis.
Los sacerdotes investigados
“Situaciones de eventuales usos de dineros públicos para fines que no corresponden” fue la frase que utilizó Ricardo Morales en la conferencia de prensa al entregar información de las denuncias contra los sacerdotes Tulio Soto Manquemilla y Darío Nicolás Serrano. Este último suspendido desde septiembre del 2018 ante una denuncia en la Fiscalía de Calbuco por presunto abuso sexual.
Denucias hechas por terceros y una auditoria externa -encargada por el religioso en el mes de septiembre de ese mismo año-, revelan una presunta apropiación indebida de dineros del arzobispado y fraude al Fisco; autocontratos que justificaban sueldos extras; la utilización de dineros para otorgar prestámos; y la obtención irregular de sicotrópicos en un Centro de Salud Familiar dependiente de la parroquia San Pablo.
El abogado Nofal Abud (ex Intendente de la Región de Los Lagos en el segundo gobierno de Bachelet), representante de los dos sacerdotes Soto y Nicolás, afirma que está absolutamente convencido, con el conocimiento que tiene de los antecedentes a esta altura de la investigación, que ambos prebísteros son efectivamente inocentes.
“Las denuncias que hizo el administrador apostólico fueron sorpresivas para ellos, porque en primer lugar no tuvieron nunca la oportunidad de conocer el contenido de esas acusaciones en forma previa para poder entregar antecedentes y haber explicado la situación.Lo único que hay es una relación laboral conforme a derecho tanto con el religioso Darío Nicolás como con Tulio Soto, nada irregular” dijo el abogado defensor.
Todos los otros presuntos cargos son totalmente infundados y demostraremos -en el caso de llegar ante los Tribunales- su inocencia, sentencia Abud.
Denuncias de abusos sexuales
Fue en el período del obispo Cristian Caro, con quien Soto y Nicolás eran cercanos, cuando el Arzobispo de la ciudad habría encubierto delitos de abuso sexual. Según consigna en Ciper “en Puerto Montt se bloquearon investigaciones de abusos sexuales: se protegió a curas abusadores. Esas redes de protección, amparadas por algunos obispos están ahora en la mira del Vaticano” (14 de julio de 2018)
Un mes más tarde, el 25 de agosto de 2018, por medio de un comunicado se informa a la comunidad de 3 situaciones vinculadas a investigaciones por abuso sexual de menores de edad.
Se trata del religioso Víctor Guerrero Díaz que el año 2004 fue declarado culpable de abuso sexual a una menor de edad, y se le suspendió temporalmente del ejercicio del ministerio sacerdotal. El año 2006 fue reestablecido en sus labores, hasta que en 2012 el mencionado presbítero solicitó dejar el sacerdocio. En junio de 2018, a petición de la víctima de este delito y su familia, el Administrador Apostólico de la arquidiócesis les ha entregado los antecedentes de su denuncia para ser puestos en conocimiento de la justicia.
El segundo caso corresponde a la investigación previa en contra del diácono transitorio Armando Zamora, incardinado en la arquidiócesis de Puerto Montt, que en el mes de junio del 2018 fue denunciado a través de medios de prensa por presuntos abusos sexuales que habrían sido cometidos el año 1987, cuando se desempeñaba como rector del Seminario Menor San Fidel de San José de la Mariquina en Valdivia.
Y por último, la investigación por presuntos abusos de menores de edad que se encuentra en curso contra el presbítero Francisco Núñez Calisto, el 16 de julio de 2018 el sacerdote fue notificado personalmente por parte del Administrador Apostólico de la arquidiócesis, sobre la restricción en el ejercicio público de su ministerio sacerdotal y otras medidas cautelares. En este caso, la investigación previa había sido iniciada en septiembre del año 2016. A fines de julio de este año presentó una carta dirigida al Santo Padre en que solicita dejar el ministerio.
A estos sacerdotes también se suma el presbítero Marcelo González a fines de 2014 se tomaron en Puerto Montt las primeras declaraciones en el proceso que se inició en contra del González acusado de abuso sexual de 2 menores y un seminarista. “No informé de ello en forma pública porque no me pareció pertinente hacerlo, toda vez que recién se estaba iniciando una investigación previa”, explicó Caro en una declaración pública el 19 de junio de 2018.
La mayoría de los casos han sido presentados ante la Fiscalía. En tanto el Arzopispado de Puerto Montt ha señalado que existe la “disponibilidad para encontrarnos personalmente con víctimas de abusos cometidos por clérigos de nuestras jurisdicciones que estén dispuestas a hacerlo, para acogerles, escucharles y ponernos, junto a nuestros equipos de acogida, a su disposición para todo cuanto ayude a sanar las heridas”, manifiesta la declaración pública.
En una entrevista a Aciprensa (Agencia Católica de Prensa) el 2014, Jorge Carlos Patrón señaló que el abuso sexual en los seminarios “es una llaga abierta en el corazón de la Iglesia”. Destacó la valentía de Benedicto XVI de llamar a una purificación en la Iglesia “y esto nos hace mucho bien”, afirmó el enviado episcopal a Puerto Montt.
Esperanza de los fieles
Esta visita de Patrón -señala el comunicado del Episcopado- "propiciará un espacio de encuentro y escucha, en que puedan expresarse con libertad todos los sacerdotes, miembros representativos de la vida consagrada y del laicado de Puerto Montt". Y agrega la declaración que “quienes deseen conversar con él podrán solicitar una cita”.
Y esto es lo que esperan los fieles de las Parroquias de San Pablo y Fátima, tomar la invitación realizada por el arzobispado y conversar con Jorge Carlos Patrón. Así tener la oportunidad de explicar lo sucedido con sus sacerdotes, ser escuchados y que sus peticiones lleguen a los oídos del Papa Francisco... en una Iglesia Católica que necesita con urgencia recuperar la esperanza perdida.
Al cierre de esta nota, llegó en silencio el enviado apostólico a Puerto Montt.
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