Una parte importante de Chile se reconoce como hotspot de la biodiversidad mundial, o “punto caliente” donde hay gran concentración de biodiversidad, en el caso del país, por la cantidad de especies endémicas y también por ser un país aislado biogeográficamente.
Dra. Nicol Fuentes, de la Universidad de Concepción (UdeC).
Pese a lo anterior, un reciente estudio liderado por la Dra. Nicol Fuentes, de la Universidad de Concepción (UdeC), junto a investigadores de la Universidad Santo Tomás de Santiago (UST) y de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), identificaron 1.122 especies naturalizadas que viven en el territorio nacional y con ellas formaron un completo inventario.
“Tener un inventario lo más completo posible de especies naturalizadas en Chile era una necesidad esencial para conocer cuánto de la biodiversidad del país esta compuesto por estas especies, y servirá para la detección temprana y la posible erradicación o control”, explicó la Dra. Nicol Fuentes.
Hay especies que de seguro han escuchado, tal como Avispa chaqueta amarilla (Vespula germánica), Dydimo (Didymosphenia geminata), o como el jabalí (Sus scrofa), o el conejo (Oryctolagus cuniculus), los expertos explican que éstos animales pueden causar diferentes impactos en los distintos ecosistemas donde se establezcan.
Lo que hicieron fue una revisión bibliográfica exhaustiva, revisaron colecciones de herbarios, museos y publicaciones científicas. De hecho, el equipo liderado por la investigadora Nicol Fuentes, comenzó el 2013 en el marco de un proyecto del Programa de las Naciones Unidas, pero tocó una etapa de actualización de la información hasta la actualidad, que hoy es posible por el Fondecyt Regular 1181688.
Se consideraron especies naturalizadas a todas aquellas que no son nativas del país y cuya presencia se origina por una introducción intencional o accidental como resultado de las actividades humanas. Aquí quedan fuera aquellas especies que sobreviven con la ayuda humana.
prunella vulgaris.
Los investigadores identificaron 790 plantas vasculares, tanto terrestres como acuáticas; 31 plantas no vasculares como hongos y hepáticas; 18 micro y macro algas marinas de agua dulce; 71 hongos; 39 vertebrados terrestres, entre anfibios, reptiles, mamíferos y aves; 108 insectos; 37 invertebrados y vertebrados marinos de agua dulce; y 28 gasterópodos terrestres. Todo esto lo publicaron en la destacada revista científica NeoBiota, el pasado 12 de agosto 2020.
Otro de los resultados indica que la mayor cantidad de especies naturalizadas se encuentra principalmente en las zonas climáticas mediterráneas y lluviosas.
“Si uno se aleja de los centros urbanos podrá ver cómo en los últimos 15 a 20 años el paisaje de muchos lugares ha cambiado abruptamente, producto de la invasión y expansión de estas especies invasoras de flora y fauna, y eso también lo vemos por ejemplo en los parques nacionales. Los resultados de la investigación muestran que por ejemplo los vertebrados terrestres no han aumentado mucho y creemos que tiene que ver con las medidas de control que este grupo ha tenido por parte de los servicios públicos a cargo, como el SAG. Este catálogo consolida información que es básica para elaborar políticas públicas y protocolos para el manejo, control e investigación de estas especies; es imposible proteger nuestra biodiversidad sino conocemos las amenazas que estas especies representan”, explicó la científica de la Universidad de Concepción.
Cabe destacar que este catálogo se realizó gracias al trabajo de varios científicos: MSc. Alicia Marticorena, Dr. Alfredo Saldaña, Dr. Viviana Jerez, Dr. Juan Carlos Ortiz, Dr. Pedro Victoriano, Dr. Rodrigo Moreno, Dr. Juan Larraín, Dr. Cristobal Villaseñor-Parada, Dr. Götz Palfner, Paulina Sánchez y Dr. Aníbal Pauchard.
Con estos antecedentes explican que continuarán investigando y respondiendo nuevas preguntas y el sueño es transformar este catálogo en una base de datos online y de libre acceso, sobre todo, porque la introducción de nuevas especies o el desplazamiento de especies exóticas ya introducidas es muy dinámico. Además, es muy importante educar sobre los riesgos de las invasiones biológicas, ya que son las personas los principales agentes de transporte y propagación de estas especies.
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