Concesiones de Essal en Osorno: Las razones de la SISS para no recomendar la caducidad

[Actualización] Superintendente de Servicios Sanitarios explicó por qué se puso término al proceso que había abierto la Superintendencia, por “la gravedad de los incumplimientos” de la empresa, tras la interrupción del suministro de agua potable durante 10 días.

“El objetivo que persigue la caducidad se ha cumplido; es decir, llegó un nuevo dueño que está dando las garantías”, afirmó esta tarde el superintendente de Servicios Sanitarios Jorge Rivas, al argumentar por qué esta superintendencia sostiene que “no procede recomendar la caducidad de las concesiones de agua potable de Osorno al Presidente”.

Y explicó que, por ello, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) puso término al proceso que abrió contra la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos S.A. (Essal), tras el corte de agua en esta ciudad entre el 11 y el 21 de julio de 2019, a raíz de la contaminación con petróleo de la planta de agua potable Caipulli.

En conferencia de prensa online, Rivas dio que la a conocer que la SISS ya emitió las resoluciones respecto de los dos procesos que se siguieron de manera paralela, el primero de los cuales se relacionaba con la sanción por cerca de $1.700 millones que la SISS había aplicado a la empresa, por nueve incumplimientos detectados en esa emergencia.

El otro tenía como objetivo investigar los hechos y establecer si hay razones para caducar las concesiones de Essal para la producción y la distribución del agua potable de Osorno, y proponerla al Presidente de la República, quien deberá tomar la decisión final sobre esta materia.

Luego de precisar que esta es una facultad regulatoria que tiene la SISS, “cuando se pierde la confianza en un concesionario, para que asegure el suministro y la calidad de servicio”, Rivas afirmó que “dada la gravedad de los incumplimientos, ameritaba la apertura de un expediente de caducidad”. 

VENTA

En su momento, y ante la indignación de los osorninos, el gobierno se había comprometido a dar a conocer su resolución respecto de la caducidad de estas concesiones en marzo de 2020, por lo que en febrero del año pasado el informe de la SISS debiera haber estado en el escritorio del Presidente Piñera.

Pero pasaron los meses, lapso en el que Aguas Andinas vendió a la empresa canadiense Algonquin Power & Utilities Corp el 100% de su participación en Inversiones Ibergua, que a su vez era dueña del 51% del total de las acciones de Essal.

La oferta de la nueva controladora de Essal fue informada por Aguas Andinas el 24 de septiembre de 2020, y fue confirmada el 13 de octubre; vale decir, hace sólo ocho meses y medio.

En este contexto, el superintendente expresó que dentro del período de recopilación de antecedentes sobre esta materia, que reconoció fue extenso, “no pudieron pasar por alto”, que se había vendido la empresa completa a un dueño, el que dijo ha cambiado el directorio y el gerente general de Essal.

Y agregó que la SISS ha tenido conversaciones con Algonquin Power, empresa canadiense que el superintendente afirmó “ha logrado restituir de buena manera el servicio y, dentro de los últimos dos años, la verdad es que no ha habido más problemas en el agua potable dentro de Osorno”.

Asimismo, comentó que el nuevo operador  ha logrado recuperar la planta de Caipulli y ha subsanado las 36 observaciones sobre este recinto que la SISS había planteado, lo que dijo han constatado en 13 fiscalizaciones.

SANCIÓN

Sobre el proceso sancionatorio por los nueve cargos formulados a Essal, el superintendente recordó que le impuso una multa de 2.720 Unidades Tributarias Anuales (UTA), lo que equivale a cerca de $1.700 millones. 

Explicó que “en siete de esos nueve incumplimientos se aplicó el máximo establecido en la ley, y en los otros dos se aplicó el 90% que establece nuestra legislación”.

Tras manifestar que “ha sido la sanción más alta en la historia de la Superintendencia, que se ha aplicado a una empresa sanitaria”, Rivas dijo que la sanitaria presentó un recurso de reposición a esta multa, que fue analizado.

El superintendente informó que “en definitiva, la SISS rechaza toda la reposición que ha hecho la empresa Essal respecto de esta sanción”, por lo que confirmó la multa de 2.720 UTA que le había impuesto.