¿Cuánto falta? Se trata de la típica pregunta que hacen los niños reiteradamente a sus padres en un viaje interurbano. Durante generaciones y generaciones, la vaquita de la empresa de quesos Runca fue ese faro que anunciaba la pronta llegada a la ciudad de Valdivia.
Fue por esta razón que su retiro causó una batahola de nostalgia entre valdivianos, sanjosinos y mafileños.
“Es harta la nostalgia que provoca. Ha sido siempre un punto de referencia para todos y para nosotros especialmente que estamos ahí de toda la vida. Para nosotros tiene un significado histórico y valórico”, comienzan diciendo desde Runca Valdivia.
Diario de Valdivia conversó en exclusiva con Catalina Saravia, jefa de marketing de Runca, quien nos dio algunos entretenidos detalles sobre este verdadero ícono valdiviano, además de responder a la pregunta del millón: ¿volverá algún día la vaquita?
Uno de los primeros datos sorprendentes que nos entrega Catalina es que la vaquita, hecha de fibra de vidrio, no siempre ha sido la misma.
“Esta vaca se instaló en el año 2008. Antes teníamos otra instalada, que en un temporal se desarmó y por eso se hizo la nueva. La antigua la reparamos y está instalada afuera de la casa del queso”, explica la jefa de marketing de la empresa antes conocida como Coval.
Si bien desde Runca no entregaron una respuesta cerrada, sí abrieron una puerta de esperanza con respecto a la vaquita.
"No podemos decir mucho porque queremos que sea una sorpresa”, sugieren.
“Ojalá la gente esté tranquila porque hemos recibido muchos mensajes de personas que creen que la vamos a quitar y no. La idea es hacer una reestructuración de todo el espacio y, obviamente, estamos considerando la vaquita porque para Runca tiene tanto significado como para la gente”, detalla luego Catalina Saravia a Diario de Valdivia.
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