Desde Agrollanquihue llaman a recuperar "el timón” del país

“Tenemos preocupación por los aspectos políticos que han puesto un nivel de incertidumbre pocas veces visto en este siglo y que las generaciones más jóvenes no conocen”, dijo su presidente, Eduardo Schwerter.

Recuperar “el timón” y permitir que el mundo productivo pueda trabajar con “paz y seguridad”, fue el llamado que este lunes hizo Agrollanquihue a través de su presidente, Eduardo Schwerter.

“Para el 2023 (…) se advierte un nuevo escenario de incertidumbre, por lo que pedimos a quienes toman las grandes decisiones, recuperar el timón y permitir que todos los sectores productivos, en particular el silvoagropecuario, puedan trabajar con paz y seguridad por el bien de todos los chilenos”, sostuvo el líder de la asociación gremial. 

“De esa forma podremos hacer nuestro aporte para garantizar la seguridad alimentaria de nuestro país”, añadió en una columna de opinión.  

Schwerter precisó que en el sector agropecuario ronda “preocupación” por la incertidumbre generada desde la política nacional el último año.

“Tenemos preocupación por los aspectos políticos que han puesto un nivel de incertidumbre pocas veces visto en este siglo y que las generaciones más jóvenes no conocen” afirmó.

“Esto causa que los niveles de seguridad personal estén por el suelo y su percepción peor. En el agro lo hemos sufrido en carne propia donde la crisis de seguridad en la macrozona sur demuestra que la respuesta de la autoridad ha fallado poniendo en entredicho el Estado de Derecho”, indicó el presidente gremialista.

Año que terminó

Schwerter recordó que en 2022, el trabajo del sector agropecuario permitió enfrentar desafíos sin detener la producción “de las materias primas fundamentales para los alimentos inocuos y de calidad, tal como ocurrió durante la pandemia, cuando en medio de ciudades cerradas y detenidas, el campo y los distintos eslabones de la cadena alimentaria, no pararon”.

“En el año que termina, a las conocidas complejidades emanadas de la crisis sanitaria por el Covid-19, se sumaron los efectos de la guerra Rusia-Ucrania y la ralentización económica de China, entre otros, generando importantes aumentos en los costos”.

“No obstante -indicó el timonel de Agrollanquihue-, los factores internos también nos pusieron en riesgo: un proceso constituyente que no quiso escucharnos estuvo a punto de dinamitar los fundamentos de nuestro modelo productivo, capaz de satisfacer las necesidades de 20 millones de chilenos”.

Estado del sector

A juicio del vocero de los agroganaderos, la industria alimentaria chilena ha mejorado notablemente en los últimos treinta años en productividad y en calidad de procesos. Además, “junto al sector público se ha avanzado no solo en cumplimiento de normas de inocuidad y aspectos sanitarios, sino también en normas ambientales, de bienestar animal, trazabilidad y certificaciones; trabajo que toma mucho tiempo y que muchos otros países, todavía no alcanzan”.

“Ello nos generó una muy positiva fama a pesar de ser un país pequeño y geográficamente complejo. No por nada la industria alimentaria es el segundo sector en importancia de la producción nacional, abarcando un 18% del PIB, apoyado en cientos de miles de empresas y más de dos millones de trabajadores”.