El Obispado de Osorno comunicó el fallecimiento en horas de la madrugada de este miércoles 30 de octubre del conocido sacerdote católico padre Francisco Triviño Andrade, quien en sus últimos años entregó su servicio pastoral en la ciudad.
Los restos del padre Francisco serán velados en la parroquia Jesús Obrero, ubicada en Rahue Alto, donde sirvió y dedicó su vida a sus feligreses y sus funerales serán comunicados oportunamente.
El padre Francisco sirvió por muchos años como formador de futuros sacerdotes en el Seminario Mayor San Fidel. Recientemente, el pasado 24 de octubre celebró sus 43 años de sacerdocio en su parroquia y rodeado del cariño de su comunidad.
La salud del padre Francisco se había quebrantado con los años, pero él siguió fiel en su servicio a su comunidad y a Dios casi hasta el final.
Unos días antes de su deceso, los fieles de la parroquia Jesús Obrero estaban llamando a hacer oración por la salud del sacerdote e incluso algunos se reunieron en la capilla Virgen de los pobres para realizar una cadena de oración.
Alguien que expresó su pesar por la partida del sacerdote fue el alcalde de Osorno Emeterio Carrillo, quien en sus redes sociales lo calificó como “un sacerdote carismático, humano, muy cercano”. “Hago llegar mis condolencias a la Parroquia Jesús Obrero, al Obispado, a la familia y comunidad El Esfuerzo Primer sector”, posteó el jefe comunal.
El vicario pastoral de la Diócesis San Mateo de Osorno, padre Américo Vidal, indicó que el padre Francisco era “su amigo” y “un osornino de tomo y lomo”, según dijo a Diario de Osorno.
“Él fue oriundo de la parroquia Sagrado Corazón y fue párroco de comunidades como San José en Francke y Santa Rosa de Lima, además fue administrador diocesano por muchos años cuando monseñor Alejandro Goic se fue de la diócesis”, recordó el vicario pastoral.
El padre Vidal añadió que el sacerdote también fue muy cercano a EME (Encuentro de Mujeres en el Espíritu.
“Fuí amigo de él por 40 años, me recibió en el Seminario en 1980. Para la Diócesis es una pérdida como persona, como sacerdote y como pastor. Era muy humano, cariñoso, preocupado por los enfermos, los pobres y de la liturgia. No hacía exclusión de nadie”, expresó el padre Américo Vidal.
“Trató de vivir el evangelio de Jesús en su vida y espero que nos reencontremos en la Pascua del Señor”, concluyó el vicario pastoral.
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