Evitar que avance hacia el sur del país la plaga agrícola que constituye la polilla del racimo de la vid, denominada Lobesia botrana, es el objetivo de la instalación de dispositivos que operan como “confusores sexuales”, que ha iniciado el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) en Osorno.
Se trata de una polilla que ataca principalmente a la uva (parronales y viñedos) y también a frutos como arándanos y ciruelas, provocando su destrucción por efecto de las larvas del insecto y la generación de pudriciones; además, de la pérdida casi total en los parronales caseros sin control de la plaga.
Eduardo Monreal, director regional del SAG, sostuvo que durante el mes de septiembre se está llevando a cabo la instalación de estos dispositivos en el radio urbano de esta ciudad, cubriendo una superficie de 70 hectáreas.
Explicó que “el objetivo de esta técnica es crear confusión en las polillas, ya que estos dispositivos generan una nube de feromonas de atracción para la especie, que cubre grandes superficies dentro de la ciudad. Con ello, se hace poco probable el encuentro entre polillas para aparearse y, de esta manera, se evita un posible establecimiento y luego dispersión de la plaga hacia huertos frutales”, acotó Monreal.
El personero precisó que los dispositivos contienen una feromona específica para la polilla del racimo de la vid que no tiene incidencia en otro tipo de insectos, ni tampoco tiene efectos sobre animales, mascotas ni personas.
Acotó que “la instalación de estos confusores en Osorno la realizamos ya que en, años anteriores, hemos detectado ejemplares en la ciudad. Creemos que ello se debe a que dichas polillas han venido de alguna manera transportadas por la gente, en mercaderías o al interior de vehículos, desde la zona central del país”.
Monreal añadió que “podemos detectarlas ya que, paralelamente a los dispositivos de confusión sexual que estamos instalando, también contamos con una red de trampas para su detección temprana u oportuna. Esto no significa que la plaga ya esté en nuestra región. Justamente eso es lo que tratamos de evitar con esta técnica y con la instalación de trampas que mantenemos en las provincias de Osorno, Llanquihue y Chiloé, considerando que es una amenaza a especies frutales que están teniendo cada vez mayor importancia en Los Lagos, como por ejemplo arándanos, cerezas, ciruelos y berries, y a los pocos parrones que existen en nuestra región”, enfatizó.
Tras precisar que los confusores que está instalando el SAG son pequeños dispositivos de color rojo que se fijan en árboles frutales, ornamentales u otras estructuras, el director regional del SAG llamó a la comunidad de Osorno a colaborar con la labor de este servicio, permitiendo el ingreso al patio de los domicilios de los inspectores de esta repartición, debidamente identificados y con la indumentaria de protección para esta pandemia de Covid-19, con la finalidad de colocar estos dispositivos.
Es importante indicar que, tras la instalación, el personal del SAG mantendrá una pauta de revisión, por lo cual es indispensable que las personas no los saquen de los lugares donde están ubicados, no jueguen con ellos ni los destruyan.
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