La ciencia ha demostrado que la leche de vaca es un alimento rico en calcio, proteínas, vitaminas y minerales, entre muchos nutrientes beneficiosos para la salud humada en todas las etapas de nuestra vida.
En muchas ocasiones, no sólo ahora, el consumo de lácteos se ha puesto en tela de juicio por distintos motivos.
Hace años se dijo que la margarina era más sana que la mantequilla, pero ahora ya se sabe que no era, ni es así. Hoy vemos un aumento explosivo en el número de personas diagnosticadas y autodiagnosticadas como intolerantes a la lactosa que no sólo dejan de consumir leche, sino que hacen una contrapropaganda a los lácteos.
Lo mismo ocurre con quienes consideran “antinatural” alimentarnos de leche de otro mamífero y los amantes de los animales o “animalistas” que no están de acuerdo con tener que separar a las vacas de sus terneros para extraerles la leche y critican la labor de los productores de leche, acusándolos de “maltrato animal”.
Finalmente, y sólo para acortar la larga lista de situaciones que se presentan actualmente, están las compañías (generalmente startups) que están creando leches vegetales o, mejor dicho, productos que emulan a la leche. Estos últimos, a juicio de los productores de leche de vaca y la industria, no deberían llamarse leche porque no salen de la glándula mamaria de un animal.
Hasta ahora la discusión se ha centrado en si estos productos como Not Milk o el que creó Perfect Day son o no leche, sin embargo, lo más importante es saber si tienen o no las propiedades de la leche.
La gran conclusión que hay que sacar de todo ésto, es que si hay compañías levantando millonarios fondos para desarrollar productos que se parezcan a la leche de vaca (pero que no lo sean), significa que hay un amplio consenso que valida la importancia del consumo de leche y lácteos, tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud, principal organismo destinado a velar por el bienestar y salud de las personas en el mundo.
Por lo tanto, las asociaciones de productores, junto con las industrias lecheras que operan en Chile, y en lo posible con el apoyo del Estado (por tratarse de un tema de salud pública y bien común) deberían continuar promoviendo el consumo de lácteos y ojalá desarrollar una gran campaña comunicacional y de publicidad que explique los reales beneficios de la leche y sus derivados y muestre que el sistema productivo usado en nuestro país, en su mayoría de libre pastoreo, aporta propiedades funcionales a la leche y beneficios adicionales para la salud y además es amigable con el medioambiente y promueve el bienestar animal.
Con ello, se podrá mantener activa la enorme demanda de productos derivados de la leche de vaca, mientras otros atienden las demandas específicas y particulares de consumidores modernos que por sus convicciones prefieren productos vegetales.
Lo importante es dejar muy en claro los beneficios nutricionales, productivos, económicos y sociales de cada uno, para que la libre elección sea informada y responsable.
Autor:
Equipo Marketing Alimentario
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