Incendio devela historia de violencia intrafamiliar y suicidio del presunto responsable

La policía investiga la intencionalidad del incendio, intento de femicidio y posterior suicidio. Revisa detalles exclusivos del caso.

Cuando Angélica Pérez, de 58 años, colocaba una constancia en el retén de carabineros de Olmopulli  -localidad ubicada a 25 kilómetros de Maullín- por haber sufrido una agresión intrafamiliar los vecinos le avisaron que su casa ardía sin control. De inmediato todos recorrieron los 3 kilómetros de distancia, para tratar de sofocar el fuego, pero las llamas consumieron la vivienda de madera y latas en poco tiempo, a pesar de los esfuerzos desplegados también por los bomberos de esta comuna ubicada en la costa de la Provincia de Llanquihue. 

Claro que ésta era sólo una parte de la historia que recién comenzaba y que ha dejado consternados a los habitantes de esta zona de pequeños agricultores y parceleros.  Tras el incendio que había destruido su casa, Angélica Pérez -la misma que había recibido por parte del municipio local un reconocimiento durante el día internacional de la mujer- fue al hospital de Maullín para constatar las lesiones que incluso habían dejado marcas en diversas partes de su cuerpo, incluyendo su cuello, que develaban un intento de estrangulamiento. Todas las heridas, denunció, habían sido ocasionadas por su ex marido, Heriberto Aguilar. Y no era la primera denuncia de violencia y amenazas que realizaba, ya que existía una medida cautelar del Tribunal local que prohibía a su ex pareja acercarse a ella . Por ello, a esas horas de la noche en los pasillos del hospital ya se hablaba de un intento de femicidio. 

Paralelamente un par de vecinos de la casa siniestrada aseguraron a los bomberos que justo cuando se iniciaba el fuego vieron a un hombre saliendo del inmueble y luego corriendo hacia una bodega colindante, en la cual se refugió durante varias horas. Así lo corroboró el capitán de carabineros Iván Toledo, de la Tercera Comisaría de Maullín, oficial a cargo de la investigación que requerirá una serie de peritajes e informes que ya instruye la Fiscalía.

Sin embargo, la noche maullinense aún no terminaba. Cuando todas las miradas apuntaban a la intencionalidad del incendio y a la búsqueda del responsable de las agresiones a la mujer, el sonido del ring y la luz que emitían un celular en la oscuridad de la noche, permitieron a unos lugareños encontrar al hombre, al ex esposo de Angélica. Claro que ya estaba muerto, con evidencias que se habría suicidado y con su cuerpo iluminado solamente por la llamada entrante del teléfono que seguía sonando.