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En Chile existe el Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa (CENFI), de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valparaíso, cuyo equipo de especialistas están en la vanguardia investigando temas tan importantes como la esquizofrenia, adicciones, estrés, ansiedad, epilepsia, Alzheimer, distrofias musculares, también obesidad e inflamación.
Uno de los últimos estudios lo publicaron en la destacada revista European Journal of Pharmacology, y en ella se presentan los efectos que tienen las hormonas sexuales en la fisiología del sistema nervioso, específicamente en áreas del sistema de recompensa cerebral.
“El cerebro es particularmente sensible a las hormonas sexuales que modulan funciones cerebrales normales, como la memoria, el trabajo y el aprendizaje”, comenta el Profesor Titular de la Universidad de Valparaíso, y Doctor en Farmacología Ramón Sotomayor-Zárate.
El investigador de la Universidad de Valparaíso explica que en el cerebro los receptores de hormonas sexuales han sido detectados desde las primeras etapas del desarrollo, siendo activados principalmente desde la pubertad en adelante. En este proceso es clave un receptor para dopamina conocido como D1 que es modulado por hormonas sexuales.
El receptor D1 está encargado de promover la comunicación entre neuronas, en un sitio llamado núcleo de accumbens, pero más conocido como el centro del placer cerebral. Es aquí donde el Dr. Sotomayor-Zárate detalla que, si la comunicación es más potente en este centro se pueden exacerbar los efectos estimulantes de drogas que liberan dopamina, como la morfina y el alcohol, por nombrar algunas.
El estudio recientemente publicado se desarrolló en animales de laboratorio expuestos a una dosis de hormonas sexuales al nacer, observándose una mayor sensibilidad a la activación del receptor de dopamina D1 en hembras adultas, mientras que normalmente animales machos no tratados con hormonas presentaban más receptores D1 que hembras control. Estos resultados han demostrado que la comunicación entre neuronas del área responsable del placer presenta diferencias sexuales que podrían dar cuenta de una mayor susceptibilidad en machos para desarrollar adicción a drogas de abuso, explicó el investigador de la Universidad de Valparaíso.
La diferencia sexual entre machos y hembras presenta mayores efectos de activación inducidos por el receptor D1. Además, en hembras expuestas a hormonas sexuales al nacer también son más susceptibles a los efectos mediados por el receptor D1 que hembras control.
El equipo de investigación del CENFI dirigido por el Dr. Ramón Sotomayor-Zárate, llevan los últimos 10 años estudiando los resultados que tiene la exposición a estímulos durante etapas tempranas del desarrollo y con efectos visibles a largo plazo. El académico concluye reflexionando que por ejemplo productos farmacéuticos pueden afectar a individuos en desarrollo, especialmente cuando no son completamente depurados por las plantas de tratamientos de aguas. “Esto podría estar exponiendo a los organismos en desarrollo a distintas sustancias, con efectos dañinos a largo plazo”, concluyó.
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