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Despliegue de fiscalización permanente que garantice el cumplimiento de las normas e impedir que los astilleros clausurados —por no acreditar patente para trabajar— retornen a sus actividades en el sector de Villa Marina, son parte de las medidas implementadas por la Municipalidad de Puerto Montt ante la detección de actividades que no cumplían con la norma legal de funcionamiento.
La medida tiene por objetivo central garantizar que los talleres que no cumplen con los requisitos, retomen sus labores habituales. Asimismo, como respuesta a los reclamos de los vecinos por efecto de ruidos molestos, contaminación y degradación del borde costero.
Acerca de las condiciones en la que se desenvuelve el quehacer de los astilleros en Villa Marina, el administrador municipal, Ricardo Trincado, especificó que el Plan Regulador Comunal (PRC) establece que el conjunto habitacional se emplaza en un área residencial y que permite exclusivamente la instalación de industrias que no generen efectos sobre terceros. De lo contrario, añadió, no pueden llevar a cabo su producción.
“Un astillero es una actividad industrial, legítima, sin mayor problema. Sin embargo, es una esfera industrial que genera efectos sobre el entorno. Por tanto, no se puede desarrollar en Villa Marina. En consecuencia, es nuestra posición. Las sostendremos mientas no haya acreditación desde las instancias correspondientes”, dijo Ricardo Trincado.
SUPERINTENDENCIA DEL MEDIO AMBIENTE Y LA ARMADA
Por su parte, la concejala Marcia Muñoz especificó que el cuadro de funcionamiento de los astilleros se traduce como un absurdo que consiste —junto al daño en materia de calidad de vida— en la existencia de factorías, no regularizadas, en medio de un área habitacional. Simultáneamente, puntualizó que no se ha concretado la fiscalización por parte de entidades como la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) ni la Armada.
“No ha habido fiscalización ni sanciones de la Superintendencia del Medio Ambiente ni de la Armada. Es decir, la Armada no ha tenido ojos para este tipo de empresas que la Municipalidad clausuró. Es una temática ligada directamente a la concesión marítima. Por tanto, dónde está —como dicen los vecinos— la fiscalización de los marinos. Aquí hay un abandono de deberes esa institución”, sostuvo Muñoz.
La presidenta del Comité de Trabajo de Villa Marina, Helga Torrealba, describió que el emplazamiento de las empresas, que reparan embarcaciones, se plasma como un daño medioambiental que incluye la degradación, por polución de diverso tipo, del borde costero. Igualmente, contaminación acústica y visual.
“Se resumen en contaminación por polvo, acústica y contaminación visual. Un tremendo galpón que nos negó la vista a la playa. Llevo 40 años aquí. Antes era muy hermoso acá. Podíamos bajar, en verano, a caminar a la playa. Hoy es imposible. No se pude hacer”, concluyó Torrealba.
La Municipalidad de Puerto Montt hizo un llamado —a la ciudadanía e instituciones públicas— a colaborar con la fiscalización. Del mismo modo, advirtió que eludir la clausura eleva sustantivamente el monto de las multas que el municipio está facultado para aplicar.
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