Un adulto mayor de al menos 90 años sería el querido perro osornino Don Luis Apolo, si se realizara una equivalencia entre edad canina y humana, comentó la médico veterinaria Macarena Escudero.
En diálogo con Diario de Osorno, la profesional de la clínica veterinaria Animal Pro, ubicada en Bilbao 1141, relata que hace algunos años atendió a este emblemático can, que este martes 14 de febrero celebró su cumpleaños 22 en la Plazuela Yungay, rodeado del cariño de los vecinos de esta ciudad.
Como se recordará, el perro fue abandonado en el Barrio Lynch cuando tenía unos seis meses y durante casi 20 años fue alimentado por vecinos y comerciantes de ese sector comercial, siendo las galletas Carioca su comida favorita.
El animal creció recorriendo las calles del centro y de ese barrio comercial, encabezando todas las marchas y protestas que se desarrollaban en esa zona de la ciudad, sin distinción alguna del color político o de la causa que las motivara.
Su vida cambió el 2021, cuando la osornina Hilda Madrid lo adoptó y se lo llevó a vivir a su domicilio, según destaca la doctora Escudero.
“La última vez que lo vi, era un perro que había rejuvenecido tras haber sido adoptado. Ya no tenía los dolores para caminar y para levantarse, con los que yo lo conocí. Además, ya no estaba tan gordo porque estaba comiendo mejor y eso es muy importante”, explica la veterinaria.
Añade que para los dolores de huesos y musculares recibió tratamiento, como también se le entregaron recomendaciones en materia de alimentación, ejercicio y abrigo.
“Hay que pensar que es un anciano y necesita ser tratado como tal”, enfatiza la profesional.
Macarena Escudero comenta a Diario de Osorno que Don Luis Apolo es, efectivamente, un perro de raza grande muy longevo.
“Es muy infrecuente que un animal llegue a esta edad, sobre todo cuando ha vivido en la calle, con la vida sacrificada que él ha tenido”, expresa.
La veterinaria recuerda que cuando la llamaron para atenderlo él aún vivía en una casa que le tenían en la calle Lynch, poco antes de que fuera adoptado.
“La vida prenatal e infantil que ha tenido un animal como cachorro y su nutrición tienen mucho que ver con la vida futura, como en todas las especies”, explica.
“Que Don Luis Apolo haya llegado a la edad que tiene, en las condiciones que probablemente nació y creció, es realmente un mérito. Además, él comía cosas que no eran las más adecuadas para un carnívoro”, recuerda la profesional de Animal Pro.
La veterinaria explica a Diario de Osorno que hay varias formas de calcular la equivalencia entre años de un perro y un humano, lo que recalca no es tan estricto.
Subraya que, si bien hay varias tablas, éstas deben ser aplicadas con criterio porque depende por ejemplo del tamaño del animal.
“Su velocidad de desarrollo fisiológico varía. Los perritos de raza pequeña maduran más temprano y viven más años. Por lo tanto, no es equivalente a un perro de raza grande que madura más tarde y viven menos años”, explica Escudero.
Acota que durante los primeros años los perros se desarrollan muy rápido, a diferencia de los últimos años donde el proceso es más lento.
Comenta que, en general, las tablas indican que el primer año del perro equivale a entre siete y diez años de una persona. De ahí, cada año representan entre seis y ocho años humanos y cada vez van disminuyendo y cada uno va equivaliendo a menos años.
“Si Don Luis Apolo tuviera como 20 años, tendría por lo menos 90 años”, afirma la profesional.
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