En abril de este año una joven garzona sufrió el imprevisto agarrón de uno de los clientes que asistía al lugar en que ella trabajaba.
Tal situación que en otras ocasiones no hubiera pasado más allá de un mal rato, esta vez se convirtió en una situación de abuso sexual por sorpresa con una condena de 41 días para quien cometió el delito.
Esta situación se logró tras la perseverancia de la afectada, de uno de los socios del recinto donde ocurrieron los hechos y de la abogada que tomó el caso y logró la condena.
De esta forma se deja un precedente para que a futuro este tipo de cosas no sean normalizados y para que dejen de ocurrir no sólo en Osorno, sino en todo el país.
Era abril de este año cuando el propietario del Bar D-Mentes, ubicado en calle Eleuterio Ramírez de Osorno, publicó un video para dar a conocer la agresión que sufrió el 16 de ese mes una de las trabajadoras por parte de un cliente.
“Un cliente (no frecuente) agredió a nuestra colega, hecho que como local por supuesto no avalamos ni compartimos, por lo cual esta persona fue retenida hasta la llegada de Carabineros”, indicó en la publicación en redes sociales.
“Llegaremos hasta las últimas consecuencias, reiteramos y a la vez compartimos las imágenes para que este tipo de actos no pasen desapercibidos y de una vez por toda se respete a las mujeres”, precisó.
Quien subió la información es Francisco Villagrán, uno de los socios del bar quien relata a Diario de Osorno que “desde un principio nos hicimos parte de esta situación. Quizás anteriormente este tipo de casos pasan desapercibidos y hasta eran aceptados, pero nosotros no quisimos que esto quedara así e hicimos las acciones correspondientes”.
“Gracias a esa labor, al apoyo de nuestra colaboradora y al trabajo de la abogada Marcela Coronado, es que se logró una condena de 41 días para esta persona que pensó que con un agarrón no iba a pasar nada”, agrega.
El empresario destaca que siempre tuvieron la convicción de llegar hasta las últimas consecuencias en este caso, puesto que consideran de suma importancia que las mujeres que trabajan en su recinto se sientan respaldadas; al igual que las clientas que llegan al establecimiento.
“Nunca pensamos que íbamos a lograr tanto, porque por lo general en estos casos es palabra contra palabra. Teníamos la confianza de disponer de las imágenes donde se ve claramente la situación. Eso fue clave”, destaca.
Lo importante, valora Villagrán, es que este tipo de situaciones deben desaparecer. “Esta es una persona que se identificó como funcionario público, pero no hay nada que justifique lo que hizo. Nosotros vamos a proteger a las mujeres siempre”, recalca.
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