Por Vasti Abarca
El nombre de Sebastián Flores Cañas ha estado en la palestra durante las últimas semanas a raíz de un juicio que se desarrolla en su contra, acusado por estafa residual y apropiación indebida, delitos que habría cometido cuando era gerente de una automotora en la capital regional.
El juicio comenzó el 20 de septiembre, y en ese momento el fiscal José Rivas, explicó que se trata de causas acumuladas por 14 delitos de estafa, ocurridas entre 2015 a 2017.
Diez días después, Flores, quien era gerente y representante legal de la Automotora Pedro Montt -reconocido negocio local ubicado frente al Coliseo Municipal de Valdivia- recibió un veredicto condenatorio por parte del Tribunal Oral en lo Penal de la ciudad.
La lectura de sentencia está fijada para el próximo lunes 10 de octubre y la Fiscalía solicita ocho años de cárcel, además del pago de 15 UTM, tras acreditar que Flores se quedaba con el dinero de quienes compraban o vendían vehículos en la automotora.
Sin embargo, estos no son los únicos delitos que Sebastián Flores Cañas ha cometido. Su historial incluye otro hecho de mayor connotación: la condena por el asesinato y violación de una estudiante universitaria, hace décadas atrás, en 1984.
La tarde del 30 de enero de 1984, un niño de 12 años encontró un cuerpo en la ribera del río Copiapó, que tenía su ropa rasgada, dejando a la vista su cuerpo desnudo y presentaba diversos hematomas. Flotaba entre matorrales.
El hallazgo, arrojó luces después de 27 años, lo que quedó constatado en dos fallos que realizó la justicia de Copiapó, uno en 2011, donde se determinó culpabilidades, y otro en 2012 que anuló las sentencias del primero, pero no las condenas.
Según detalla un fallo del Primer Juzgado del Crimen de Copiapó (marzo de 2011), tras conocerse la noticia, Jorge Stockle se dirigió a la Policía de Investigaciones para tener algún indicio sobre la persona hallada sin vida, dado que su hermana Gloria Ana Stockle Poblete, de 21 años, había desaparecido de su hogar el sábado 28 de enero de 1984.
Al ver las fotografías en la unidad policial se dio cuenta que se trataba de su hermana.
Las investigaciones del crimen, patrocinadas por el abogado Eric Villegas y conducidas por tres ministros en Visita en el tiempo, Federico Pizarro, Gloria Collantes y Alvaro Carrasco, determinaron que el crimen contra Gloria Stockle sucedió entre el 29 y 30 de enero de 1984 en dependencias del Casino de Oficiales del Ejército en Copiapó.
Durante el proceso investigativo, a través de declaraciones de testigos y medios probatorios, se determinó que esa noche se realizó una fiesta a la que asistieron 45 personas, entre uniformados y civiles.
Según detalla el fallo de 2011, durante el evento se registró una fuerte discusión que involucró a dos oficiales, un civil y Gloria Stockle.
El hecho se produjo en la parte trasera del casino, entre la cocina y la piscina, donde Gloria fue brutalmente golpeada, violada y arrojada a la piscina. Un testigo ocular, declaró que tras arrojarla a la piscina, los hombres la sacaron, la pusieron en el maletero de un auto y se fueron.
Dos días después, su cuerpo apareció en la ribera del río Copiapó.
El informe de autopsia realizado por el médico legista Jorge Alcayaga Araya, detalla que la causa de muerte originaria es un traumatismo encéfalo craneano complicado, con fractura base de cráneo y hemorragia introcraneana; y que la causa condicional es homicidio con violación.
Es decir, la golpearon hasta morir. Además, introdujeron tierra en su vagina, se presume que lo hicieron para esconder rastros de abuso sexual.
Según la justicia, Gloria fue encontrada 12 horas después de que fue abandonada desnuda y sin vida en la ribera del Copiapó, situado a unos dos kilómetros del Casino de Oficiales.
Hubo tres condenados como autores del crimen: el ex capitán de Ejército, Mario Martínez Villarroel, el ex teniente de Ejército, Sebastián Flores Caña, y el civil, Ivo Lingua Latorre.
Según el fallo de 2011, el ex teniente Sebastián Flores Cañas, en su declaración negó incluso haber conocido a Gloria Stockle. Sin embargo, el tribunal consideró antecedentes que desmintieron sus alegatos, como el relato de testigos presenciales de la fatídica noche.
En ese contexto el testimonio de Claudia Ponce, amiga con la que Gloria asistió a la fiesta en el Casino de Oficiales, cobró relevancia al relatar que la discusión que terminó de manera fatal, inició porque Sebastián Flores vio a Gloria Stockle acompañada de otros oficiales, lo que le causó ira.
Según declaró Claudia, el exteniente y Gloria mantenían una relación de “pololeo” aunque “no oficial” porque el militar tenía otra relación formal. Sin embargo, eso no detuvo a Flores, quien abofeteó dos veces a Gloria, quien salió corriendo a la parte posterior del casino, siendo seguida por Sebastián Flores.
Desde ese momento, Claudia no volvió a ver a Gloria.
Las pruebas contra Sebastián Flores Cañas sumaron decenas de testigos, entre directos e indirectos.
Los antecedentes señalados “permiten tener por plenamente acreditada la participación que en calidad de autor le ha correspondido a Sebastián Gustavo Wladimir Flores Cañas en el homicidio de Gloria Ana Stockle Poblete, al haber tomado parte en la ejecución del hecho de una manera inmediata y directa”, dictó el tribunal de Copiapó en 2011.
Dado lo expuesto, Flores Cañas, fue sentenciado como autor de delito de homicidio simple, junto con Mario Luján y Teodoro Lingua, a la pena de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo. Además fueron sentenciados a pagar 100 millones de pesos como indemnización por perjuicios y daño moral.
Sin embargo, un año después, la Corte Suprema invalidó drásticamente las sentencias, aunque no las condenas en cuanto a responsabilidades.
Se “procede acoger a favor de los acusados la circunstancia modificatoria especial del artículo 103 del Código Penal, que permite considerar el hecho como revestido de dos o más circunstancias atenuantes muy calificadas y de ninguna agravante, de modo que se les impondrá la pena rebajada en un grado al mínimo”, resolvió la Suprema.
“Que teniendo en consideración la pena a imponer, las circunstancias personales de los acusados y lo señalado en sus informes presentenciales, se les reconocerá a todos ellos el beneficio de la libertad vigilada”, detalló.
Por lo tanto, los tres criminales quedaron bajo libertad vigilada, en reemplazo de los cinco años de presidio.
Sebastián Flores Cañas actualmente tiene 62 años, figura como un oficial del Ejército en retiro, nacido en Viña del Mar, y que según documentos oficiales, en 2016 fundó la automotora Pedro Montt en Valdivia. Negocio fraudulento por el que ahora arriesga ocho años de presidio, por sobre la condena inicial de cinco años que recibió por asesinar a una mujer, y que no se concretó.
Flores Cañas nunca ha dado una entrevista ni entregado declaraciones fuera del proceso investigativo.
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