Hace unos años un violento ataque de perros contra un anciano en la comuna de Río Negro puso la nota de alerta sobre el peligro de los animales abandonados en las calles de las ciudades de la Provincia de Osorno.
El ataque dejó al hombre con desgarros en diferentes partes del cuerpo, pérdida de abundante sangre y hematomas múltiples.
La investigación posterior determinó que dos de los cinco perros que atacaron tenían dueño, pero durante el día los dejaban deambular por la calle y por la noche los ingresaban a sus sitios para cuidar la propiedad.
Este es uno de muchos casos que periódicamente se dan a conocer. Unos más graves que otros, pero dan cuenta de un problema que no es sólo local, sino que a nivel país la tenencia responsable de mascotas se ha vuelto en un tema de discusión.
Quienes conocen de cerca la problemática señalan que estos perros no son vagos. Son abandonados, por cuanto en algún momento tuvieron dueños. Alguien en un periodo de su vida los llevó a su casa y después, por diversas razones, lo dejó en la calle a su suerte.
Entonces estos perros debieron buscar la forma de sobrevivir en las calles de Osorno.
¿Falta una normativa más dura? ¿Falta educación en la comunidad sobre la tenencia responsable de mascotas?
La Municipalidad de Osorno cuenta desde el año 2019 con una ordenanza para la tenencia responsable de mascotas y animales de compañía con el objetivo de regular la tenencia de especies animales permitidas y las condiciones de higiene y seguridad que deben adoptarse en casas habitación y locales públicos y privados.
“La persona que, a cualquier título, tenga a su cargo el cuidado de una mascota o animal de compañía, deberá darle buen trato, libre de abusos, no pudiendo someterlo a sufrimiento ni abandono alguno a lo largo de su vida, debiendo brindarle al animal los cuidados veterinarios acordes a su especie y a sus necesidades específicas”.
La ordenanza además define al perro abandonado como aquella mascota o animal de compañía que se encuentre sin vigilancia de la persona responsable de él o que deambule suelto por la vía pública.
El perro callejero es aquel cuyo dueño no hace tenencia responsable y es mantenido en el espacio público durante todo el día sin control directo.
El perro comunitario es el animal que no tiene dueño particular, pero que la comunidad lo alimenta y le entrega cuidados básicos.
En el artículo 5 indica que “la Municipalidad de Osorno en conjunto con los órganos de la administración del Estado, y en especial, el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, el Ministerio de salud y el Ministerio de Educación, dentro de sus competencias, colaborará con la promoción de la tenencia responsable de mascotas a fin de asegurar su bienestar y la salud de las personas”.
En el artículo 8 agrega “el responsable de una mascota estará obligado a la adecuada identificación del mismo y de su dueño… asimismo de su alimentación, manejo sanitario, especialmente de la recolección y eliminación de heces”.
El artículo 11 es específico al señalar: “Se prohíbe expresamente el abandono de animales. Éste será considerado maltrato y crueldad animal y será sancionado”.
En cuanto a las infracciones se indica que “toda contraversión de la ley 21.020 y a esta ordenanza se sancionará con multa de una ($63.074) a 30 unidades tributarias mensuales ($1.892.220), sin perjuicio de la aplicación de lo dispuesto en el Código Penal sobre maltrato animal y en otras normas relacionadas”.
Si está la normativa hace cuatro años, hay sanciones, se realizan controles. ¿Por qué la situación persiste?
Vania Thiers, médico veterinario del área de Medio Ambiente de la Municipalidad de Osorno, comenta que “los perros callejeros tienen dueños, pero no se hacen responsables. Ese es el mayor problema, la tenencia irresponsable de animales. También hay muchos animales que son abandonados. Ahí estamos trabajando junto a las agrupaciones animalistas que recogen a estos perros y los llevan al centro de esterilización”.
“Luego se trata de ubicar a algún tenedor responsable que los adopte; o en su defecto se devuelven a la calle, pero al menos esterilizados”, añade.
Respecto del cumplimiento de la ordenanza municipal señala que esta es fiscalizada por Medio Ambiente o Seguridad Pública. “Hay un encargado que recoge las denuncias. Acude a terreno y trata de llegar a acuerdos. Si hay problemas más graves hay citaciones a Juzgado de Policía Local o Fiscalía”.
-¿Debe existir denuncia o puede actuar de manera independiente?
“Tiene que haber denuncia de por medio. Él recorre la ciudad y puede actuar por su cuenta, buscar el registro del dueño y avisarle que debe cumplir con lo que sale en la ley”.
-Esta es una batalla diaria en Osorno…
“Sí, porque lamentablemente los dueños de los animales todavía no tienen interiorizado lo que es la tenencia responsable de mascotas. No está acostumbrada a tenerlos en su domicilio con sus vacunas, esterilizados y controles sanitarios. Esto va enfocado en educación y por parte de la municipalidad se hacen charlas en los colegios para educar a la población”.
-¿Cómo puedo hacer una denuncia?
“En forma presencial en Seguridad Pública, también a través de la página web de la municipalidad. Pueden ser anónimas. Lo ideal es que tengan algún registro como fotos, dirección, nombre del propietario como para ir más directo”.
Este problema no es sólo de Osorno. En la vecina comuna de Los Lagos en la Región de Los Ríos el tema ha aumentado en los últimos años y no hay ayuda.
Tras la creciente preocupación por la presencia de perros callejeros, la agrupación Corazones Quiltros de la comuna de Los Lagos, que se dedica a la esterilización de perras abandonadas, realizó un llamado a la comunidad para concientizar sobre la tenencia responsable de mascotas.
En conversación con Diario de Osorno, una voluntaria de la organización comenta que la situación se desbordó y salió de control, evidenciado por los barridos en los distintos sectores que realiza la agrupación, debido a que por mucho tiempo el municipio dejó de esterilizar a los perros callejeros.
“Se transformó en una problemática para el campo, para la ciudad y para la gente y no solamente en Los Lagos, es en todas las comunas porque nosotros conversamos con otras agrupaciones de la región y es lo mismo”, afirma Susana Hormazábal.
A su vez, se destaca la aprobación de un proyecto de esterilización en la comuna, que otorga 500 cupos, con 200 en Los Lagos y 50 en cada sector rural hasta completar el proyecto, licitación que se gestiona desde antes de la pandemia.
“Por años se tuvieron conversaciones, compromisos y nunca se cumplieron, para las autoridades este es un tema menor porque nosotros como agrupaciones lo hemos ido abordando, ahora recién se ha ido tomando el peso de la situación”, manifiesta la activista.
Dentro de las principales causas de los abandonos, la voluntaria indicó que es un tema educativo de formación de no fiscalización, ya que la gente deja los portones abiertos, donde los perros salen, pelean y atacan a la gente porque nadie fiscaliza.
“El llamado es a concientizar con respecto a la Ley de Tenencia Responsable en todas sus aristas porque es bien completa, tenencia responsable es cuidar a mi perro, ponerle sus vacunas y preocuparse de que dentro de la comunidad no sea una molestia”, asevera.
El aporte de la municipalidad y de otras organizaciones no es suficiente si no se cuenta con el apoyo de la comunidad. El aumento de la población canina en calles y barrios de Osorno trae como consecuencia que se vean expuestos a accidentes y ataques.
Así dice a Diario de Osorno, la concejala Cecilia Canales, quien por años ha participado en organizaciones animalistas y fue fundadora de la entidad Educan Osorno. “A pesar de que hay leyes, normativas y ordenanzas, continúa la tenencia irresponsable de mascotas. No hay leyes más firmes y duras. No hay fiscalización. En otros países lo solucionaron con educación”, comenta.
Se muestra preocupada por la situación, más aún al indicar una encuesta de la Universidad Católica que señala que en Chile hay más de 12 millones de perros y casi la mitad de ellos están en la calle.
“En Osorno nunca ha habido un censo ni intento de hacerlo. No hay voluntades tampoco de crear un registro familiar con este tema. No está el dato duro de cuántos perros hay en la ciudad, de qué se alimentan, cuántos están esterilizados. Ante esta situación como sociedad debemos hacer algo. Todavía al día de hoy hay personas que no esterilizan a sus mascotas y aún hay animales en las vías públicas. Empujar ese cambio cultural es lo difícil”, declara.
En cuanto a la tendencia al abandono la concejala recalca lo que sucede en los sectores rurales. “Están las facilidades para abandonar. Se podría fiscalizar por parte de Carabineros”.
En todo caso Cecilia tiene fe en que puede revertir esta situación. “No hay que bajar los brazos, voy a dar la pelea por este tema. Esta es una lucha importante porque nos hace mejores seres humanos. Para mí es incomprensible que haya personas que causen daños a los animales.
-¿Cuál es el rol de las organizaciones animalistas en este tema?
“Pueden aportar, pero tradicionalmente es un tema que se les ha achacado como si tuvieran los recursos, el tiempo y las respuestas para todo. Con la cantidad de problemas de irresponsabilidad en la tenencia de mascotas no hay organización que aguante. Las deudas con las clínicas son siempre altas, hay que meterse la mano al bolsillo y ellas dan un gran aporte porque, finalmente, no están obligadas a atender estos casos sociales”.
-¿El municipio cumple con su labor en estos casos?
“Tengo esperanzas en lo que se hace. Se informó que se va a crear una oficina de tenencia responsable. Todo este tema pasará a estar a cargo de la Dirección de Desarrollo Comunitario, ya que tiene un tema social muy fuerte. Son las organizaciones de la ciudad las que saben de estos temas y tenemos que unirnos y tirar todos para el mismo lado que es el cuidado adecuado de las mascotas.
Un ejemplo de solidaridad con los animales está en Valdivia.
Ambar Mattar, voluntaria de la agrupación Rescate Animal (@rescateanimal_valdivia en Instagram) que se dedica al rescate y rehabilitación de animales abandonados y maltratados.
Muchas personas tienen animales, pero cuando crecen, se enferman o sufren accidente ya no les gustan y varios van a dar simplemente a la calle. “La gente no es colaboradora con este tipo de situaciones de rescate de animales. Muchos se desentienden de los casos. Piden ayuda y después desaparecen, te dejan con las deudas. Es súper agotador. La sociedad no está comprometida”, dice Ámbar.
La presencia constante de perros abandonados en la ciudad los hace propensos a sufrir accidentes. Cuando les ocurren y quedan con graves secuelas, la primera opción pareciera ser sacrificarlos.
Es allí donde entra Ámbar Mattar y sus colaboradoras para demostrar que hay una opción y que se les puede dar una segunda oportunidad a los animales.
“Tratamos casos extremos. Son casos terribles que, por lo general terminan en eutanasia. Casos de gatos con 15 fracturas en el cráneo, animalitos ciegos o un perro con el rostro desfigurado por el distemper. Se recuperan sí, pero quedan mal y hay que brindarles asistencia”, indica.
-No es fácil dedicarse a esta labor que es una de las consecuencias del abandono de los animales en la ciudad…
“No. No es fácil contar con personas que se dediquen a esto. No hay recursos. Uno lo hace en la medida de lo posible, por amor y cuando el tiempo y el dinero lo permitan”.
-No los puedes salvar a todos…
“No, pero sí a la mayoría. Llegan a mí por casualidad. Saben que me dedico a esto. Es algo caro, considera que una internación en una clínica puede llegar a 500 mil pesos y lo pago con recursos propios y la ayuda que logramos conseguir con las voluntarias”.
-¿Cómo te deja en tu fuero interno el poder el ayudar a los animales?
“Me satisface, me siento contenta como ser humano al darles una segunda oportunidad en la vida, devolverles la esperanza. Sufro por ellos, es como si sus problemas me están pasando a mí”.
-¿Cuál es tu sueño?
“Hacer una especie de Teletón y tener un centro de rehabilitación de animales. Un lugar donde recibir animales discapacitados, y enseñar a la comunidad que ellos deben tener ayuda.
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