El cáncer de páncreas es una enfermedad agresiva que está más presente en hombres y que se detecta principalmente entre los 60 y los 65 años de edad. Una de sus mayores complejidades es que “en la mayoría de los casos —del 80% a 85%— se diagnostica en forma tardía, cuando el tumor ya se ha salido del páncreas y ha afectado a otras zonas del cuerpo”, explica el Dr. Jean Michel Butte, cirujano oncólogo digestivo de Fundación Arturo López Pérez (FALP).
Los factores de riesgo modificables de esta patología son las dietas ricas en grasas y carnes rojas, la obesidad y, principalmente, el consumo de tabaco. “Más del 90% de los pacientes con cáncer pancreático son fumadores. Mientras más años se fume, mayor riesgo existe de que se desarrolle un cáncer”, precisa el especialista.
El desarrollo de este cáncer puede también estar asociado a la presencia de diabetes, antecedentes familiares de la enfermedad y factores genéticos, ya que existen mutaciones y afecciones hereditarias que aumentan su riesgo. Por ejemplo, puede asociarse a cánceres como el colorrectal y el melanoma cuando son de origen familiar.
Un gran problema es que el cáncer pancreático, en general, no presenta síntomas hasta que está muy avanzado. “Es recomendable que los pacientes que tengan algún familiar directo con cáncer de páncreas se hagan estudios genéticos. Y los pacientes diabéticos que enfrentan una descompensación de su enfermedad o la aparición de síntomas nuevos deberían realizarse estudios de imagen, como un escáner o una resonancia”, aconseja el experto.
La presentación clínica de este cáncer depende fundamentalmente de su localización. Cuando el tumor está situado hacia el lado derecho del páncreas, las personas consultan fundamentalmente por cambios en la coloración de la piel (se torna más amarilla), de las deposiciones (más blancas, porque pierden pigmentos) y de la orina (se vuelve más café). Muchas veces también presentan dolor y baja de peso. Cuando el tumor se encuentra hacia el lado izquierdo, el diagnóstico demora más porque no hay ictericia.
Habitualmente, el tratamiento es multidisciplinario y depende de la etapa del tumor: cuando está localizado, la cirugía es el tratamiento inicial y después sigue la quimioterapia. Si el tumor está localmente avanzado, compromete los ganglios y los vasos sanguíneos, o existen marcadores tumorales altos, se parte con quimioterapia y posteriormente se reevalúa la situación. Cuando se tiene una enfermedad metastásica, la quimioterapia es el tratamiento de elección. La radioterapia se ocupa en casos particulares de tumores muy localizados.
“Es importante que el tratamiento se realice en centros especializados, con equipos multidisciplinarios de cirugía, quimioterapia, oncología médica, radioterapia, radiólogos y patólogos”, concluye el Dr. Butte.
Según datos del Departamento de Estadísticas e Información de Salud del Minsal, en los últimos cinco años (2019-2023) las muertes por este cáncer han aumentado en un 11,14%, alcanzando a 7.943 personas en Chile. Las regiones más afectadas son: Metropolitana, Valparaíso, Biobío y el Maule.
En particular, en la Región de Los Lagos los decesos aumentaron en un 17,81%, pasando de 73 fallecidos en 2019 a 86 en 2023.
2019 | 2020 | 2021 | 2022 | 2023 | Total |
73 | 80 | 76 | 90 | 86 | 405 |
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