A un año de la desaparición de Pablo Hurtado: “Es un sufrimiento tremendo"

José Hurtado narra la angustiante búsqueda de su hijo, quien desapareció en un sector rural de Osorno.

El 12 de junio se cumple un año de la desaparición de Pablo Hurtado Recabarren, de 39 años, quien fue visto por última vez en un sector rural de la comuna de Osorno, donde se habría extraviado desde el domicilio de un amigo, ubicado en parcelas cerca de la Ruta Internacional 215 hacia Puyehue.

La investigación se encuentra a cargo de la Brigada de Homicidios Osorno de la PDI, y cuenta con el apoyo de la Unidad de Rescate Acuático y Terrestre (URAT) Osorno, la Unidad de Búsqueda y Rescate Osorno (UBRO) y el Grupo Especializado de Rescate (GER) Osorno, los cuales focalizaron la búsqueda en el sector del río Tijeral, cerca del aeródromo de Cañal Bajo.

El padre del extraviado, José Hurtado, en conversación con Diario de Osorno, manifiesta estar preocupado y desilusionado con la justicia, señalando que ha pasado un año y no han visto nada concreto en la búsqueda y la falta de novedades al respecto.

Dudas

“Hemos tratado de conversar con la fiscal María Angélica de Miguel y no nos ha atendido, entonces nosotros queríamos saber por qué ha estado tan lenta la situación y nos hace dudar si han hecho el trabajo como corresponde”, indica Hurtado.

El padre muestra su preocupación sobre la posibilidad que el caso se extienda en el tiempo, afirmando que si bien funcionarios de la PDI le han asegurado que la investigación se encuentra activa no se han encontrado pistas, y agrega que en ocasiones los investigadores no cuentan con la autorización de los fiscales.

“Ellos se quedan esperando que nosotros les demos pistas, a mi hija la llamaron para que diga que más se ha visto, en el fondo los investigadores somos nosotros, la justicia no hace nada”, lamenta el padre del desaparecido.

Sin embargo, Hurtado destaca la labor de agrupaciones de búsqueda como URAT, UBRO y GER, afirmando que aquellos voluntarios merecen homenaje por su trabajo, en la cual se sacrifican por ayudar a la gente sin el pago de nadie.

“Nos estamos acostumbrando a que sucedan cosas y no tengamos humanidad, que se perdió gente o mataron a alguien, ya es como normal ver este tipo de cosas y es lamentable. Uno como padre no se lo desea a nadie, es un sufrimiento tremendo”, expresa José Hurtado.